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martes, 30 de enero de 2007

Zanzíbar. Isla de Kwale

Día 4

La excursión de hoy era de día entero, la llamada Blue Day, en la que nos llevaban a la Isla de Kwale a comer langostas y a disfrutar de las playas.



Nada mejor para empezar el día que una buena sesión de huevos fritos para coger energía para toda la jornada, y tras unos 6 o 7 ya estaba con las pilas cargadas y preparada esperando al bus a la hora y lugar indicados.

Tras cruzar los bancos de algas de la playa, un camino un poquito desagradable para la belleza del lugar, y tras romperme la chancla en el intento, tener que arreglarla con una brida,


y con los bártulos en la cabeza, llegamos al barco que nos llevaría a la primera isla.


Como coincidimos muchos de los que hicimos el día anterior la de Stone Town, y ya habíamos hecho amistad, cada vez nos lo pasábamos mejor todos juntos, así que el hecho de viajar sola de momento estaba siendo una aventura de lo más satisfactoria.

Bien, pues la primera parada de esta excursión era llevarnos a un banco de arena a hacer snorkel.

Después de un precioso trayecto por mar de aproximadamente unos 30 min, por fin llegamos a aquella maravillosa isla deshabitada donde pudimos disfrutar de ella a nuestro antojo,

 podíamos coger un tubo y unas gafas e ir en busca de pececillos de colores ( que por cierto habían miles ) ,


podíamos tostarnos en la toalla bajo el sofocante sol africano, o podíamos quedarnos debajo de la carpa que habían montado los chicos tomando unos cocos y unas piñas recién cortaditas.


Los huevos fritos ya los tenía en los pies y el resto también tenían sus desayunos más que digeridos.

Era la hora de comer y nos esperaba una mariscada en una isla vecina ( porque en la que estábamos cada vez quedaba menos arena ), así que cogimos de nuevo el barco,

Y allí que nos plantamos en un plis.

Lo tenían muy bien montado, con unas chozillas en primera línea de mar equipadas con todo lo que un guiri como yo puede necesitar en estos ambientes.


Y allí nos esperaba una rica parrillada de marisco que te cagas!

Y por supuesto con una gran bandeja de langostas fresquitas del día!!


El día estaba siendo tremendo, y mientras otros se echaban la siesta con la baba cayendo de la agustera en la poca sombra que había, yo me fui a dar un paseíto por la orilla de la playa,


Creo que esta fue la primera vez en mi vida que vi un ermitaño, que triste...


Tras echar la tarde en la isla cada cual haciendo lo que le diera la gana, cogimos el barco de nuevo vuelta al hotel.

He dicho ya que las mejores puestas de sol están en el Índico??? madre mía, todas de postal...


Bastante echa polvo de estar todo el día pa arriba y pa abajo, decidí pasarme por la discoteca del hotel, a ver que me encontraba. Lo que es la ubicación está de narices, saliendo del hotel a mano derecha, y tras caminar una pasarela de troncos unos 200 metros llegas al Pontile, que de día hace las veces de restaurante de marisco no incluido en el buffet del hotel.
Lo que es la música, pues yo la verdad esperaba timbaleo rollo africano, pero nada de nada, música internacional para turistas...


Lo típico de estos hoteles, es ofrecer cada noche músicas de diferentes estilos, y esa noche tocaba música americana, guiri total, así que dos copas pa ver el ambiente y a dormir que al día siguiente me esperaba otra excursión de día entero.

Cómo me estaba gustando Zanzíbar........



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