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viernes, 7 de septiembre de 2007

Hermes



Hermes es hijo de Zeus y de Maya (hija de Atlas), su función era la de ser el mensajero de los Dioses. Estaba provisto de unas pequeñas alas colocadas estratégicamente en su casco y en sus sandalias que le hacía ir a gran velocidad. Hermes aparece como el protector de comerciantes, pastores, ladrones e inventores, así mismo otra de sus características era que fue el encargado de llevar las almas de los mortales hacia el Hades...

Hermes es quizá uno de los Dioses más inteligentes que habitaron el Olimpo, su primera argucia, a los pocos días de haber nacido...fue robar 50 bueyes pertenecientes a los Dioses y que estaban al cuidado de Apolo, los condujo de manera inversa, andando hacia atrás para borrar toda huella de su paso, posteriormente los metió en una cueva para que a Apolo le fuera imposible localizarlos. No obstante, Apolo poseía el don de la adivinación por lo que en breve dio con ellos, repetidamente Hermes negó que él los hubiera robado pero no tuvo más remedio que aceptarlo una vez se vio acorralado.
Para complacer a Apolo y pedir perdón, Hermes le regaló su última invención, La Lira, a cambio Apolo le regaló el cayado de oro con el que conducía el rebaño de los Dioses, posteriormente al cayado de Hermes se le agregaron la figura de dos serpientes enrolladas por las que él intercedió en una pelea de ambas. A este cayado se le llamó el "caduceo de oro", que simbolizaba poder y que numerosos reyes y gobernantes copiaron para usarlo como icono de poder.

Hermes tiene un largo "historial delictivo", no sólo robó a Apolo, sino a la misma Afrodita, se apropió del cinto donde guardaba todas sus armas de conquista haciendo que ésta no pudiera conseguir el amor de ningún hombre. Fue expulsado repetidamente del Olimpo, pero su gran capacidad oratoria le hizo obtener la gracia y el perdón de los demás Dioses. Hermes tuvo dos hijos Hermafrodito y Pan.

Hermes fue un Dios muy querido y debido a sus características figura en muchos de los relatos mitológicos, bien llevando los mensajes divinos o mediando entre Dioses y Hombres. Su ansia por la creación también le llevó a la invención de otros instrumentos musicales que regaló igualmente a Apolo.


Playas de Mykonos; Psarou y Ornos

Día 4

Hoy bien tempranito nos levantamos, disfutamos de unas vistas que te cagas desde nuestro balconcito blanco y azul, desayunamos y bajamos al pueblo en el primer bus.



Mykonos desde luego es encantador, con esas casitas todas blanquitas, la playita al lado, los barquitos esperando su turno en el mar,


las cúpulas blanquitas en recuerdo de los familiares...

La pequeña Venecia, con las casitas al borde del mar,

y como no los molinos, que caracterizan la isla.

Bien pues hoy íbamos a hacer rutas de playas, con unas cuantas recomendaciones de parte de los griegos nos fuimos a Fabrica de nuevo para coger los buses, por la mañana fuimos a Psarou, a pocos kilómetros al sur de Mykonos.

Allí nos dimos unos bañitos, y fuimos a Mykonos a comer, no sin antes subir la pedazo de cuesta que había para coger el autobús, "joder con las cuestecitas, si no fuera por la grandeza de la playa no hubiera bajado...".


Comimos la mar de bien y muy barato en un restaurante de por allí, y probé el café griego, malísiiiiiiiimo!!! era agua de cocer castañas!!!.

De ahí otra vez para Fabrica esta vez dirección Agios Giannis, pero con la empanada nos bajamos en Ornos. La playa también estaba guay, y no había casi nadie.

Vuelta y vuelta, y alá se acabó la sesión de playa de hoy, otra vez a coger el bus camino de Mykonos.

Cuando llegamos..." Oooooooooooooohhhhhhhhhhhh!!!", sin haberlo programado estábamos junto a los molinos contemplando como el sol se metía por la playa, dejando una estampa en el cielo espectacular, y ahí estaba yo claro disfrutando como una loca del aquel espectáculo de la naturaleza.

Lo que más me gusta fotografiar son amaneceres y atardeceres, y ese era increíble.


Entre el atardecer y las callecitas tan acogedoras de Mykonos, daba gusto estar en aquel lugar.


Cogimos el bus para el hotel en el Old Port como siempre, para ducharnos y volver a bajar para cenar.

Por la noche las calles las iluminaban con luces pequeñitas todo muy romántico... y cenamos en un restaurante que también nos salió muy bien de precio, si que es verdad que hay restaurantes muy caros pero buscando puedes dar con bastantes a muy buen precio y buena calidad.





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Mykonos, la Ibiza griega

Día 3

Después de la fiesta de ayer, la mañana la dedicamos tras el desayuno, a disfrutar un poco de la piscinita del hotel y a echar un sueñecillo en las hamacas.

 Justo delante del hotel teníamos unas pequeñas ruinas, nos bastó con verlas desde la distancia...





Una vez recuperadas y refrescadas, cogimos el bus de las 2 para bajar al pueblo a comer,


preguntamos a los lugareños para comer en algún sitio barato y nos llevaron a un local que lo llevaban una española y su marido griego y que hacían pizzas y gyros a muy buen precio, comimos por 5 euros la mar de bien, y allí conocimos a su hija que tenía unos años menos que nosotras y que se veía enrollada, nuestra idea era ir a Playa Paradise después de comer, y como ella también quería ir, pues nos fuimos las tres.


Los buses para las diferentes playas salían desde Fabrica, que estaba atravesando el pueblo, no nos costó nada llegar, y por el camino disfrutábamos con sus entrañables rincones.


El precio creo que eran 1,10 euros independientemente de donde fueras, todos valían igual, y pasaban cada media hora.

En diez minutos estábamos en Paradise, la playa con más movimiento de Mykonos, y la que tenía la mejor discoteca de Grecia, Cavo Paradise, donde en temporada alta pinchaban dj's de todo el mundo,


pero la putada es que la discoteca había echo el cierre de temporada el fin de semana pasado, así que la fiesta que encontramos fue un poco light.


En las hamacas cuatro gatos descansando,


y en la tarima cuatro fiesteros bailando...


Allí estuvimos hasta el atardecer entre pelotazos y risas, y luego a subir la pedazo de cuesta que había hasta la parada del bus.


Una vez en el pueblo, lo atravesamos de nuevo, entreteniéndonos en cada puestecito, y cogimos el bus hasta el hotel. Duchita y como estábamos bastante cansadas y ya habíamos visto que la fiesta en Mykonos ya había bajado, decidimos quedarnos en el hotel a cenar, tomarnos dos pelotos tranquilas en la habitación e irnos a dormir pronto para levantarnos temprano al día siguiente y aprovechar las horas de sol.





























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De Atenas a Mykonos

Día 2

En Atenas la diferencia horaria con España es de +1, por lo que en cuanto llegamos el día anterior habíamos puesto nuestros relojes en hora griega, pero no cambiamos los móviles.

Así que la alarma que estaba puesta para esta mañana no sonó, y menos mal que mi amiga se despertó a tiempo que si no nos quedamos ahí tiradas!!

Nos recogieron a las 5 y cuarto de la mañana, y nos llevaron en un taxi a las dos solas a un hotel a esperar allí un bus con más clientes para llevarnos al Pireo.


Nuestro barco era de la compañía Blue Star Ferrys, salía a las 7:35 de la mañana y llegó a Mykonos sobre las 12 o 13h., no recuerdo bien porque hice el camino medio empanada de no dormir y tirada en cubierta tapada con la toalla de la playa del frío que hacía.




Y es que si queríamos tener las maletas con nosotras tenía que ser fuera del barco, si no podíamos dejarlas en una sala pero yo con la experiencia del viaje anterior a Natal sin maleta pues como que no la quería repetir. Así que en cubierta me quedé todo el porrón de horas durmiendo abrazada a mi preciadísima maleta.

 La isla de Mykonos pertenece al grupo de las Cícladas. Su superficie es de 84 km2 y sus distancias muy cortas.



Lleva el nombre de su héroe mitológico. Destacan sus casas blancas con ventanas azules y rojas cuya altura no supera las dos plantas y sus iglesias. Hay más de 400 iglesias ortodoxas en toda la isla y solo una iglesia católica ubicada en la ciudad en la zona de Alefkandra.

La mayoría de sus iglesias son capillas de uso personal de cada familia a excepción de tres que son de uso oficial.

Es una isla seca, rocosa, árida y ventosa especialmente en julio y agosto cuando sopla el viento norte llamado "Melteni".

Es llamada la "Ibiza griega", la "Capital Gay".

Con el estilo arquitectónico de las islas cícladas tiene forma de laberinto con calles muy angostas. Ello se debe a la necesidad de los antiguos pobladores de ocultarse de las invasiones de los piratas. La ciudad es peatonal y vale la pena perderse en sus callecitas y descubrir el maravilloso encanto de sus tiendas, bares y restaurantes.

Pues bien llegamos por fin a Mykonos, y lo primero que vimos al bajar del barco fueron piedras y más piedras, "joder, que reseca esta la isla esta...", era diferente pero molaba, y estábamos deseando de llegar ya al hotel, dejar los bártulos y empezar a ver aquella maravilla en medio del Egeo.


El hotel era en San Antonio Summerland a 1 km del centro de Mykonos, y estaba de puta madre.


Como estaba en lo alto de una montaña aunque estuviera a 1 km del pueblo el camino era bastante empinado así que el hotel contaba con un minibus cada 2 horas que te llevaba al Old Port, y eso era un lujazo!!

Así que aprovechamos el de las 2 y nos fuimos al pueblo a comer algo.


Nos quedamos al lado de donde se cogen los barcos para las excursiones y comimos de maravilla en un restaurante al ladito de la playa, y el precio estuvo bien 24 euros las dos, dos platos combinados, agua y copa de Ouzo incluida, que por cierto yo después de Atenas ya no quería catarlo más.


Paseamos por sus callejuelas después del papeo, y ya no podíamos más, necesitábamos dormir!!

así que nos fuimos al hotel a pegarnos una siestecilla para estar guays a la noche y salir de marcheta a ver como era realmente la fiesta de Mykonos.

Por la noche tras la cenita, fuimos a tomar unas copichuelas, buscando la marcha, y bueno, locales y marcheta había, pero vamos no tanta como la que esperaba, fuimos a la pequeña venecia, al Skandinavian Bar y nos encontramos a una pareja de Gerona, nos juntamos y nos fuimos a buscar locales, acabamos en el Scarpa, buena música aunque el local era bastante pequeño, pero bueno como toda la arquitectura de Mykonos...

A la vuelta se habían hecho más de las 12, bueno mucho más de las 12 de la noche que era cuando pasaba el último bus para el hotel, así que teníamos que coger un taxi, y la cosa era complicada porque mucha gente estaba como nosotras, pero al final tuvimos suerte y uno nos llevó por 5 euros al hotel.




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Llegando a la País de los Dioses

Septiembre 2007

En esta ocasión mi viaje me llevaría a tierras helenas llenas de mitos e historia, nos íbamos mi amiga Elba y yo a Grecia, a la imponente Grecia.

Situada en el lado sur de la Península Balcánica, limita por tierra con Bulgaria, la Antigua República Yugoslava de Macedonia y Albania al norte, al este con Turquía y al oeste y sur con el Jónico y el Mediterráneo.

Su superficie es de 309.050 km² incluyendo aguas interiores de la cuenca del Egeo, islas e islotes. De acuerdo a estudios demográficos de Eurostat, la población de este país es de 11.244.118 habitantes.

No dejaba de ser un viaje bastante cultural así que combinamos Atenas con Mykonos y con un crucero por las islas Cícladas para hacerlo más ameno.




Ruta:





Día 1

El vuelo salía desde Barcelona a las 8 de la mañana lo que significaba tremendo madrugón, pillamos un teki hasta el aeropuerto, y una vez allí mientras nos dirigíamos a los mostradores de facturación le pregunto a mi amiga si lo lleva todo, billetes, pasaporte... PASAPORTE!!!! me dice que se le ha olvidado, " cómo??? ay ay ay " bueno, menos mal que vamos con tiempo, que sabe donde lo ha dejado y que hay alguien en su casa, así que llamamos a otro teki para que fuera a su casa, lo recogiera y lo trajera para el aeropuerto. Sustillo ya de buena mañana, pero en media hora ya lo teníamos solucionado, y venga a facturar.

El vuelo se nos pasó bastante rápido y en tres horillas aterrizamos en Atenas, sólo pasábamos una noche allí así que teníamos que aprovechar al máximo.

 La primera impresión de Atenas fue de una ciudad bastante gris, sucia y destartalada, aunque luego nos acabó encantando.




El hotel que había elegido era el Eurípides, de lo más sencillito de Atenas y en una calle que daba un poco de miedo, pero que resultó ser una muy buena elección por su ubicación ( en el barrio de Psiri ) y sobretodo por su precio.

 Dejamos los bártulos y nada más salir visitamos un mercado, no sé porqué pero me encanta visitar los mercados, será por que me gusta mucho comer!!



Con la botella de agua en una mano y la cámara en la otra nos dispusimos a ver la Acrópolis.

Cogimos el metro y nos bajamos en la parada que lleva su mismo nombre. El metro de Atenas va super rápido, y en 5 minutos te plantabas en la otra punta de la ciudad, lo difícil era entenderse dentro del metro ya que habían muchas indicaciones que para nosotras eran auténticos jeroglíficos.


Llegamos a la Acrópolis, mi amiga por ser estudiante no pagó entrada y yo tuve que pagar 12 euros, que los pagué encantada ya que iba a contemplar de cerca el gran Partenón.

Empezamos por el Teatro de Dionisios, situado en la ladera sur de la Acrópolis, tenia cabida para 16.000 espectadores.

 Mientras subíamos la Acrópolis pudimos contemplar el Odeón de Herodes Ático. El recinto, del siglo II d.C., está reservado a espectáculos teatrales.

Las vistas a la ciudad desde allí arriba eran impresionantes, ya nos empezaba a gustar más Atenas...


Seguimos por los Propileos, Propylaea, que es la entrada monumental de la Acrópolis, compuesta por un gran pasaje cubierto, construida en el marco del programa monumental de Pericles entre 437 adC y 431 adC.

 Atravesando los Propileos llegamos al Partenón, espectacular.

Este templo estaba dedicado a Atenea Parthenos, diosa protectora -y epónima- de la ciudad de Atenas. Es el monumento más importante de la civilización griega antigua y se le considera como una de las más bellas obras arquitectónicas de la humanidad.

El Partenón es uno de los principales templos dóricos que se conservan. Mide 69,5 x 31 m en planta y 18 m de altura.


El Partenón sustituyó a un templo anterior en el mismo emplazamiento, conocido como el Pre-Partenón (Hecatonpedón, que medía 101 pies), construido antes de las Guerras Médicas, y destruido por los persas antes de Cristo.

La construcción del monumento, realizada casi exclusivamente en mármol blanco del monte Pentélico, fue iniciada por Pericles y se desarrolló entre los años 447 y 432 adC. Los arquitectos encargados de la obra fueron Ictino y Calícrates y estuvieron, en la mayoría de los casos, bajo las órdenes del famoso escultor ateniense Fidias, autor de la decoración escultórica y de la gran estatua de Atenea en oro y marfil que estaba situada como pieza central del templo (medía 12 metros de altura y para su elaboración se necesitaron 1.200 kilogramos de oro).

El Partenón conservó su carácter religioso en los siglos siguientes y fue convertido en una iglesia bizantina, una iglesia latina y una mezquita musulmana. Pero en 1687, los turcos lo utilizaron como depósito de pólvora durante el sitio veneciano, bajo el mando del almirante Morosini.
Una de las bombas venecianas cayó en el Partenón y causó una enorme explosión que destruyó gran parte de la edificación preservada en buenas condiciones hasta ese entonces.

Sin embargo, el proceso de erosión no terminó ahí sino que siguió a principios del siglo XIX, cuando el embajador británico en Constantinopla, el Sr. Elgin, decidió quitar la mayor parte de la decoración escultórica del monumento (frisos , metopas, frontones) y trasladarla a Inglaterra para venderla al Museo Británico, en donde todavía se exhibe, siendo una de las colecciones más significativas del museo en la actualidad.

Al lado del Partenón se encontraba el Erecteion, templo griego erigido en el lado norte de la Acrópolis de Atenas en honor a Atenea Polias, Poseidón y Erecteo, rey mítico de la ciudad, con su Tribuna de las Cariátides, pórtico situado al lado sur dedicado a Pandrosia, hija de Cécrope, atribuido a Calimacos, discípulo de Fidias.
En el pórtico se custodiaba la tumba de Cecrope.


De orden jónico, áptero, atribuido al arquitecto Mnesicles, autor también de los Propileos, es uno de los más bellos monumentos arquitectónicos griegos. Está hecho de mármol pentélico. Su construcción se inició en 421 adC y se concluyó en 406 adC. Su nombre, que significa «el que sacude la Tierra », designa el sobrenombre ático de Poseidón.

 Reemplaza al templo arcaico de Atenea Polias que se encontraba entre el Partenón y el emplazamiento actual y que fue destruido por los persas en 480 adC cuando las guerras médicas.




Desde allí podíamos ver con total claridad la Colina Lycavittos, a la que subiríamos después para ver la ciudad desde el otro lado.


 Tras la visita nos relajamos un ratito sentadas en las piedras de la Acrópolis contemplando la ciudad sobre nuestros pies y con un granizado en la mano.

Era mediodía así que nos fuimos a la plaza Omonia a una especie de Mc Donals pero en griego donde comimos barato y bien, pero rápido, ya que todavía nos quedaban muchas cosas que ver en Atenas!!

De nuevo cogimos el metro dirección al barrio de Kolonaki, la zona más elegante de Atenas, llena de tiendas y boutiques de firmas griegas e internacionales.

Subimos un montón de escaleras hasta llegar al funicular que iba desde la calle Aristipou,


hasta la capilla de San Jorge, de 277 metros de altura y con una increíble vista panorámica de todo Atenas.


Allí vimos un atardecer único y lleno de grandeza.


Bastante reventadas del viaje, tras los pateadones que nos habíamos pegado y con los pies negros de tanto caminar, decidimos ir al hotel a ducharnos e irnos a cenar por Plaka.

No hay duda de que en Atenas se ven muchos perros y gatos por la calle y la gente los respeta como si fueran personas, pero de ahí a verlos dormir plácidamente en el escaparate de una tienda cerrada...


Y hablando de escaparates, los que teníamos en nuestra calle eran de lo más raros, sino aquí hay una muestra de la ropa interior tan provocativa y sexy de las griegas... ( lo mejor el look sex on the swimming pool de la de la izquierda ).


Refrescadas y espaviladas fuimos a Plaka, y "Ooooooohhhh!!!" que vistas tan bonitas de la Acrópolis iluminada...


Después de voltear un rato nos metimos en una tabernita como no para degustar una buena musaka y unos panes con tzatziki, mmmmmmmmmmmm, buenísimo. Tras la cena nos invitaron a la bebida típica, el Ouzo que es como el anís del mono; nos lo tomamos guay, pero cuando llegamos al hotel y nos metimos en la cama, la bebida blanca andaba de fiesta por nuestros estómagos, y la tuvimos que sacar...

Se habían echo casi las 2 de la mañana y al día siguiente nos recogían a las 5 y cuarto para llevarnos al puerto y coger el barco hasta Mykonos, así que a dormir las pocas horillas que nos quedaban...