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viernes, 21 de diciembre de 2012

Ciudad Rodrigo

Para esta ocasión cogimos la carretera que va a Portugal para visitar Ciudad Rodrigo.



El paisaje hasta llegar es bastante seco y poblado de todo tipo de ganado.


 Íbamos en plan domingueros, así que al llegar aparcamos en un parque, sacamos los bocatas, las patatas y el bote de olivas y comimos la mar de a gusto.

Comenzamos la visita con la Catedral de Santa María.

El rey Fernando II de León ordenó su construcción al arquitecto Benito Sánchez, comenzando las obras en 1165.
Es de estilo románico de transición al gótico.
La torre neoclásica es del siglo XVIII, obra de Juan de Sagarvinaga. Destacan el bellísimo claustro, el deslumbrante Pórtico del Perdón (siglo XIII) y el extraordinario Coro obra de Rodrigo Alemán (siglo XV). En la nave central se encuentra una escultura de San Francisco considerada la primera imagen que se le hace en vida al santo de Asís.


Nos llamó mucho la atención que prácticamente en todas las esquinas y calles habían banderas francesas y portuguesas y soldados de la época, debido a las constantes batallas y guerras de años atrás.

Seguimos por la Plaza del Buen Alcalde, donde acababan de recoger los puestos de frutas y verduras que habían puesto desde bien temprano.

 El Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo fue construido a mediados del siglo XVI. En 1903 es objeto de una importante reforma en la que se le añade por el lado derecho lo que era la Iglesia de San Juan.
En su interior alberga un valioso Archivo Municipal.

Nosotros no entramos a su interior, pero pudimos ver desde fuera como detenían a un gitano portugués, que iba a compañado, como todos los gitanos, por 500 mil de su familia, qué habría hecho...


 Continuamos hasta la gran muralla que rodeaba todo el centro histórico del pueblo.

Fue construida por orden del rey Fernando II de León en 1160, aprovechando los restos de una muralla romana, con cal y canto.
Tiene un perímetro de más de dos kilómetros que se conserva íntegro, alcanzando en algunos tramos los 13 metros de altura. Fue muy reformada en el siglo XVIII.
Se conservan siete puertas de acceso al recinto amurallado.

Los torneos medievales representaban el exponente mayor del espíritu de la caballería y servían para, en tiempos de paz, demostrar las capacidades de una nobleza cuya función principal era la guerra.

Roma extendió su imperio mediante el poder militar de las legiones, cuerpos del ejército independientes capaces de ocupar territorios, y asediar y conquistar los castros indígenas.

Para los kilómetros que habíamos hecho ( 84 exactamente ) la visita a nuestro parecer no había sido provechosa, así que una vueltecilla más por el pueblo, y vuelta a casa.