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sábado, 2 de enero de 2016

De Koh Pha Ngan a Koh Tao

Día 17

Madre mía me del amor hermoso, la noche de ayer me había dejado gravemente perjudicada y apenas había dormido dos horas cuando tenía que recoger bártulos y abandonar la isla de Koh Pha Ngan.

Si cargar con la mochila estos días había sido una tortura en algunas ocasiones, hoy era para cagarse en todo, no tenía fuerza ni para caminar siquiera!!!

Cuando llegué al puerto todo lo que habían eran mochileros cansados y rotos como yo que la noche anterior habían estado dándolo todo en la fiesta.


Esperamos tirados en el suelo como pudimos la salida del ferry que me llevaría en poco más de una hora a la siguiente e última isla de mi viaje, Koh Tao.






Al subir me cogieron la mochila y me la dejaron en la parte delantera del barco, amontonada con el resto de bultos, y como no me hacía mucha gracia, fuera a a ser que con la resaca alguien se llevara la mía por error, me quedé haciendo guardia en la parte de afuera, que además se iba un poco más fresco que dentro y se podía fumar.


El 90% de los viajeros éramos mochileros que la noche anterior habíamos estado en la Full Moon. Nos repartíamos entre: el interior del barco donde hacía un calor insoportable, el piso de abajo donde se sentaban en la barandilla (ideal para los que necesitaban de manera rápida expulsar líquidos con la resaca),


y  en el piso superior donde yo me encontraba, donde los rotos de la fiesta se amontonaban al lado de la montaña de mochilas.


Atraqué en Koh Tao con un poco de retraso y nada más llegar me busqué la vida para llegar al centro de buceo Pura Vida, donde días antes había reservado el curso para sacarme el título de Open Water Diver.

Se encontraba a tan sólo 5 minutos del puerto, pero entre el cansancio y la resaca tardé 15.

Allí me recibió una chica española que me llevó a lo que sería mi bungalow para las siguientes 4 noches, el Viewcliff.
Sólo me dio tiempo a darme otra ducha y salir pitando para la escuela donde me iban a dar mi primera clase teórica de buceo.

Tras hacer el papeleo nos pusieron un vídeo de iniciación al buceo, nos explicaron lo que íbamos a hacer los siguientes días y nos dieron el manual para ir estudiando.

Mi reducido grupo se componía de una pareja de argentinos, otra de chica de Barcelona y yo.
Hacer el curso con 4 personas permite más contacto con el profesor, esto es muy recomendable cuando hablamos de cursos de buceo porque si hay mucha gente la atención no es la misma ni se puede disfrutar tanto de la experiencia.

Todos estábamos alojados en los mismos bungas, unos al lado de los otros, y me molaba el grupito que me había tocado.

Tras la primera clase teórica del curso me fui a dar un paseíto por la playa que tenía al lado, Sairee Beach.

Koh Tao es el lugar de buceo por excelencia de toda Tailandia. Es una isla pequeña de apenas 20 kilómetros cuadrados de extensión, donde se pueden encontrar escuelas de buceo a cada paso. El turismo que recibe es casi 100% de buceadores, así que todo está destinado a ellos y al mar.


A lo largo de la playa los centros de buceo se mezclan con los restaurantes, en los que se puede comer estirado en cojines mirando al mar al puro estilo tailandés.

La isla aunque pequeña es bastante bonita, y la zona en la me quedé, en la playa de Sairee, se estaba muy bien.



Tras el paseo busqué algún sitio para cenar un rico arroz al curry con verduras,


y vuelta al bungalow a estudiar.


Si estudiar el Open Water sereno y lúcido ya era difícil, para mi con el día y la resaca que llevaba era imposible, así que me leí los primeros capítulos y cuando llegué a las famosas tablas me tuve que ir a dormir porque no me estaba enterando de nada.


Al día siguiente tenía curso de teoría por la mañana y por fin mi primera inmersión por la tarde, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!


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